MONODON MONOCEROS
El narval (Monodon monoceros) es una especie de cetáceo
odontoceto de la familia Monodontidae que habita los mares del Ártico y el
norte del Océano Atlántico. Es el único integrante del género Monodon y una de
las dos especies de la familia junto a la beluga (Delphinapterus leucas).
Los machos de esta especie se caracterizan por presentar un
colmillo muy largo retorcido de manera helicoidal que puede llegar a medir dos
metros y pesar hasta diez kilogramos. Se cree que este diente especializado
puede ser un receptor sensorial o un carácter sexual secundario.
Esta especie está adaptada a vivir en el Ártico y se
alimenta de animales del fondo marino. Carece de aleta dorsal y tiene un tamaño
mediano entre los cetáceos, con una longitud promedio en los adultos que oscila
ente 4 y 4,5 metros y un peso de entre 1000 y 1600 kg. Posee una dieta que se
restringe únicamente a algunos peces y crustáceos, de los cuales se alimenta
primordialmente durante los meses de invierno, época en la cual consume un gran
volumen de presas que captura en el fondo marino. Para ello debe realizar
inmersiones que con mucha frecuencia superan los 800 m bajo la superficie, las
cuales pueden durar hasta 30 minutos. Después del cachalote, zifio y elefante
marino es el mamífero marino que se sumerge a mayor profundidad.
Se distribuye principalmente en aguas de la región ártica
del norte de Canadá, los mares del lado ruso del océano Ártico y al norte del
océano Atlántico. Habita principalmente en torno a los bloques de hielo que se
forman durante los inviernos prolongados del Ártico, migrando a las bahías y
fiordos circumpolares durante el verano. Se cree que la población mundial es de
algo más de 75 000 ejemplares. En 2008 fue catalogado en la Lista Roja de la
UICN como especie casi amenazada, debido a que se mantiene una caza
significativa, controlada, por parte del pueblo inuit en Canadá y Groenlandia
(Dinamarca), los cuales se benefician con su carne, grasa y el comercio del
colmillo. También se ubicó en esta categoría por la evidente disminución en la
población de algunos grupos, la falta de certeza sobre la cifra total de
animales y el desconocimiento de las tendencias de crecimiento.
Otras amenazas para la población de este cetáceo son: la
depredación por parte de sus enemigos naturales (tiburones, osos polares y
orcas), la contaminación por plaguicidas y metales pesados, los atrapamientos
dentro de densas capas de hielo al inicio del invierno que les impide moverse a
mar abierto muriendo de inanición y por ahogamiento, y la poca capacidad de
adaptación ante los cambios climáticos.
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