TACHYGLOSSIDAE
Los taquiglósidos o equidnas
(Tachyglossidae) son la única familia conocida del suborden Tachyglossa, donde
se clasifican a los equidnas actuales y sus ancestros extintos. Estos
mamíferos, similares en apariencia a los erizos, sólo habitan en la isla de
Nueva Guinea y en Australia. Además de ser muy difíciles de encontrar, su
rareza reside en que son los únicos mamíferos, junto con los ornitorrincos, que
ponen huevos.
Los equidnas deben su nombre a la
ninfa mitológica madre de todos los legendarios monstruos de la Grecia Clásica.
Tienen el cuerpo cubierto de espinas, lo que unido a la dieta que llevan,
mayoritariamente insectívora, y en algunos casos con predilección por las
hormigas y termitas (mirmecofagia), les ha valído el nombre de «hormigueros
espinosos».
Características
Son animales de cuerpo compacto, y
cubierto de un denso pelaje del que sobresalen largas púas empleadas como
método de defensa. Normalmente mide entre 35 y 50 centímetros de largo, con una
cola de 10 centímetros, y un peso promedio de 2 a 7 kilogramos. Los machos son
por regla general de mayor tamaño que las hembras.
El cráneo es largo y redondeado,
la cara larga con la mandíbula inferior poco desarrollada, constituida por dos
delgados y largos huesos. Su dieta, constituida por insectos y lombrices,
determina un aparato bucal tubular de estrecha abertura, provisto de una larga
lengua pegajosa que puede alcanzar los 20 centímetros de longitud, con la que
atrapan el alimento, que, al carecer de dientes, será triturado con unas
espinas córneas situadas en el paladar al final de la boca. Para localizar los
alimentos, además de un agudizado sentido del olfato, están dotados de
electrorreceptores táctiles en el rostro con los que les resulta fácil hallar
las colonias de hormigas y termitas.
Son poderosos excavadores que
emplean pies y manos para construir galerías y oquedades o escarbar en la
tierra en busca de alimento. Para ello las extremidades poseen manos y pies
cavadores dotados de poderosas uñas. El segundo dedo de las extremidades
posteriores es más largo y lo emplean para rascarse y limpiarse el pelo y la
piel.
Los machos y algunas hembras,
poseen espolones tras la articulación de la rodilla, pero a diferencia de
Ornithorhynchus sp., este animal no sintetiza ninguna sustancia tóxica, por lo
que se desconoce la función real de los mismos.
En contra de lo que se mantiene,
los equidnas no hibernan como respuesta al frío. El estado de torpor al que se
ven sometidos algunos ejemplares aislados, parece estar relacionado más bien
con un proceso digestivo anómalo.
Al contrario de lo previamente investigado,
los Equidna si entran en sueño REM., aunque sólo cuando la temperatura del
ambiente está alrededor de los 25 °C. A temperaturas de 15 °C y 28 °C, el sueño
REM se suprime.
Reproducción
Los equidnas, junto con los
ornitorrincos, son los únicos mamíferos que ponen huevos. La hembra pone un
solo huevo de cáscara blanda y coriácea 22 días después del apareamiento y lo
deposita directamente en su bolsa. La incubación tarda diez días; el equidna
joven succiona la leche de los poros de las dos glándulas mamarias (los
monotremas no tienen pezones) y permanecen en la bolsa durante cuarenta y cinco
a cincuenta días, en dicho tiempo comienzan a desarrollar las espinas. La madre
cava una madriguera y deposita al pequeño, retornando cada cinco días para
amamantarlo hasta el destete, que es a los siete meses.
Los equidnas machos tienen un pene
tetracapitado, pero sólo dos de las cabezas se usan durante el apareamiento.
Las otras dos cabezas "se cierran" y no crecen en tamaño. Las cabezas
usadas se intercambian cada vez que el mamífero copula.
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